martes, 29 de octubre de 2013

¿Truco o trato?




Hace semanas que las tiendas están llenas de calabazas de plástico, sombreros de bruja, calaveras, y demás parafernalia referente a Halloween; pero lo que para los niños de hoy es algo casi natural, nosotros, ya entrados en nuestros veintitantos, crecimos con varias dudas al respecto. Recuerdo, y muchos coincidirán conmigo, que nuestro primer contacto con Halloween fue en clase de inglés. Siempre que se acercaba esta fecha - SIEMPRE – llegaba la profesora de turno con la típica ficha contando los orígenes de Halloween y por detrás un par de dibujos para colorear. Pero la cosa siempre quedaba ahí. Es decir, sí, traducías la ficha, te enterabas de la historia, ¿pero y qué? ¿cambiaba algo? NO. Llegabas a tu casa, se lo contabas a tu madre mientras te preparaba la merienda, ella sonreía y ya. Ni disfraz, ni caramelos, ni nada. Pero para colmo, encendías la televisión y ahí estaba Punky Bruster disfrazada (a su manera, porque Punky siempre ha tenido un estilo muy personal) y de casa en casa con Brandon, pasándoselo super bien mientras Henry leía el periódico; pues no era nada justo… Por eso creo firmemente que los orígenes de Halloween en España se deben sobre todo a la propia frustración que teníamos los niños, porque era muy duro tener que ver a Blossom o a la Olsen (que en realidad eran ambas Olsen) pidiendo caramelos mientras tú acompañabas a tus padres al cementerio. No hay punto de comparación.

Unos años más tarde, cuando en nuestro piso de estudiantes llamaron a la puerta y nos encontramos a un grupo de niños pidiendo caramelos disfrazados de brujas y monstruos varios nos dimos cuenta que la invasión terrorífica había hecho más que comenzar y que las fichas de la profesora de inglés habían tenido más calado que en nuestra época del colegio.
Esta fiesta de origen anglosajón se remonta a los celtas. Cuando en su calendario terminaba al final del verano, (en nuestro calendario el 31 de octubre), el ganado era llevado de los prados a los establos para el invierno. Ese último día, se suponía que los espíritus podían salir de los cementerios y apoderarse de los cuerpos de los vivos para resucitar, pedirles alimentos y maldecirles. Les hacían víctimas de conjuros si no accedían a sus peticiones: “me das algo o te hago una travesura”, que es la traducción de "trick or treat" (“truco o trato”). Para evitarlo, los poblados celtas ensuciaban las casas y las "decoraban" con huesos, calaveras y demás cosas desagradables, para que los muertos pasaran de largo asustados. De ahí viene la tradición de decorar con motivos siniestros las casas en la actual víspera de todos los santos y también los disfraces.

La Iglesia de Roma decidió convertir la festividad al catolicismo. Se instituyó el 1 de noviembre como el Día de Todos los Santos, que en Inglaterra se denominó "All Hallows' Day", y la noche anterior "All Hallows' Eve" que derivó en "Halloween".
La fiesta fue exportada a los Estados Unidos por emigrantes europeos en el siglo XIX, hacia 1846. Sin embargo no comenzó a celebrarse masivamente hasta 1921.
En la actualidad los niños se disfrazan para la ocasión y pasean por las calles pidiendo dulces de puerta en puerta. Después de llamar a la puerta los niños pronuncian la frase "Truco o trato". Si los adultos les dan caramelos, dinero o cualquier otro tipo de recompensa, se interpreta que han aceptado el trato. Si por el contrario se niegan, los chicos les gastarán una pequeña broma.
De todos modos y siendo sinceros, de los orígenes de Halloween en España aún no hay nada escrito (quizás porque la tradición no está del todo asentada), pero cuando empiecen a elaborar los estudios sociológicos e históricos pertinentes tirarán de esta información, estoy convencida. 9 de cada 10 jóvenes lo corroborarán. Mientras tanto, y ya que estamos en la semana de Halloween, ¿por qué no hacer un guiño a aquéllas clases de inglés?






1 comentario :

  1. Menuda currada de post, chicas!

    Yo también recuerdo como mis primeros contactos con esta fiesta fueron gracias a las clases de inglés y a las series americanas. Las Olsen y Tia y Tamera nos ponían las expectativas muy altas para este día y nuestra frustración aumentaba cada año. Luego ya vinieron nuestros primos pequeños que se empezaban a disfrazar y tú, por envidia de la mala, decías que todo eso era una americanada, que aquí en España era el aguinaldo, de toda la vida.

    Bueno chicas, mucho ánimo en esta aventura del blog y espero que nos sigáis regalando muchos más posts como éste.

    Un fuerte abrazo!

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