Hace
semanas que las tiendas están llenas de calabazas de plástico,
sombreros de bruja, calaveras, y demás parafernalia referente a
Halloween; pero lo que para los niños de hoy es algo casi natural,
nosotros, ya entrados en nuestros veintitantos, crecimos con varias
dudas al respecto. Recuerdo, y muchos coincidirán conmigo, que
nuestro primer contacto con Halloween fue en clase de inglés.
Siempre que se acercaba esta fecha - SIEMPRE – llegaba la profesora
de turno con la típica ficha contando los orígenes de Halloween y
por detrás un par de dibujos para colorear. Pero la cosa siempre
quedaba ahí. Es decir, sí, traducías la ficha, te enterabas de la
historia, ¿pero y qué? ¿cambiaba algo? NO. Llegabas a tu casa, se
lo contabas a tu madre mientras te preparaba la merienda, ella
sonreía y ya. Ni disfraz, ni caramelos, ni nada. Pero para colmo,
encendías la televisión y ahí estaba Punky Bruster disfrazada (a
su manera, porque Punky siempre ha tenido un estilo muy personal) y
de casa en casa con Brandon, pasándoselo super bien mientras Henry
leía el periódico; pues no era nada justo… Por eso creo
firmemente que los orígenes de Halloween en España se deben sobre
todo a la propia frustración que teníamos los niños, porque era
muy duro tener que ver a Blossom o a la Olsen (que en realidad eran
ambas Olsen) pidiendo caramelos mientras tú acompañabas a tus
padres al cementerio. No hay punto de comparación.
Unos
años más tarde, cuando en nuestro piso de estudiantes llamaron a la
puerta y nos encontramos a un grupo de niños pidiendo caramelos
disfrazados de brujas y monstruos varios nos dimos cuenta que la
invasión terrorífica había hecho más que comenzar y que las
fichas de la profesora de inglés habían tenido más calado que en
nuestra época del colegio.
Esta
fiesta de origen anglosajón se remonta a los celtas. Cuando en su
calendario terminaba al final del verano, (en nuestro calendario el
31 de octubre), el ganado era llevado de los prados a los establos
para el invierno. Ese último día, se suponía que los espíritus
podían salir de los cementerios y apoderarse de los cuerpos de los
vivos para resucitar, pedirles alimentos y maldecirles. Les hacían
víctimas de conjuros si no accedían a sus peticiones: “me das
algo o te hago una travesura”, que es la traducción de "trick
or treat" (“truco o trato”). Para evitarlo, los poblados
celtas ensuciaban las casas y las "decoraban" con huesos,
calaveras y demás cosas desagradables, para que los muertos pasaran
de largo asustados. De ahí viene la tradición de decorar con
motivos siniestros las casas en la actual víspera de todos los
santos y también los disfraces.
La
Iglesia de Roma decidió convertir la festividad al catolicismo. Se
instituyó el 1 de noviembre como el Día de Todos los Santos, que en
Inglaterra se denominó "All Hallows' Day", y la noche
anterior "All Hallows' Eve" que derivó en "Halloween".
La
fiesta fue exportada a los Estados Unidos por emigrantes europeos en
el siglo XIX, hacia 1846. Sin embargo no comenzó a celebrarse
masivamente hasta 1921.
En
la actualidad los niños se disfrazan para la ocasión y pasean por
las calles pidiendo dulces de puerta en puerta. Después de llamar a
la puerta los niños pronuncian la frase "Truco o trato".
Si los adultos les dan caramelos, dinero o cualquier otro tipo de
recompensa, se interpreta que han aceptado el trato. Si por el
contrario se niegan, los chicos les gastarán una pequeña broma.
De
todos modos y siendo sinceros, de los orígenes de Halloween en
España aún no hay nada escrito (quizás porque la tradición no
está del todo asentada), pero cuando empiecen a elaborar los
estudios sociológicos e históricos pertinentes tirarán de esta
información, estoy convencida. 9 de cada 10 jóvenes lo
corroborarán. Mientras tanto, y ya que estamos en la semana de
Halloween, ¿por qué no hacer un guiño a aquéllas clases de
inglés?


Menuda currada de post, chicas!
ResponderEliminarYo también recuerdo como mis primeros contactos con esta fiesta fueron gracias a las clases de inglés y a las series americanas. Las Olsen y Tia y Tamera nos ponían las expectativas muy altas para este día y nuestra frustración aumentaba cada año. Luego ya vinieron nuestros primos pequeños que se empezaban a disfrazar y tú, por envidia de la mala, decías que todo eso era una americanada, que aquí en España era el aguinaldo, de toda la vida.
Bueno chicas, mucho ánimo en esta aventura del blog y espero que nos sigáis regalando muchos más posts como éste.
Un fuerte abrazo!